17 diciembre, 2005

Paredes desnudas, lienzos en blanco

Pinceles, colores, manchas… una fiesta de figuras sin rumbo ni fronteras. La magia de la creación al alcance de la mano; nosotros, los actores de esta obra sin principio ni fin. En una conjunción de arte y alas, ella va tomando vida, y comienza a independizarse. Ya no mandamos, sólo obedecemos; nos transformamos en instrumentos de esta rebelde musa que es inspiración y consecuencia a la vez, y que pícara nos mueve y conmueve, con su gracia e inventiva.
Somos sólo intérpretes de estas deidades eternas y sublimes. Nada más, nada menos.


Hoy quizás nos reencontremos, ¿aún las oiré? ¿aún me hablarán?

No hay comentarios.: