Y en alguna vuelta se frena y observa la rebuscada escena en la que participan esos cuerpos. El suyo pierde la noción de lo prohibido y lo aceptado, involucrándose en la inmoral y pervertida función. Se suceden las rebuscadas situaciones, sin encontrar obstáculos para unirse en ese abrazo eterno, interminable. Una sensación que inunda, ahoga, no permite escapar, y no da razones para querer hacerlo. Huir significaría escaparle al arrebato y al hechizo, y ese calor, impide tomar esa decisión, porque sería acabar con la liberalidad y el esplendor que sólo los privilegiados poseen por momentos.
Y ese abrazo, ese encuentro, van llegando a su inesperado fin, dejando sedientos a los apasionados que no se dan por vencidos y siguen en busca de la eternidad amándose sin respiro ni descanso.
- Bob Marley en exceso puede resultar perjudicial para la salud -
27 diciembre, 2005
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