Seres entrelazados, en busca de aplacar la oscuridad y el frío que se apodera de una ordinaria noche de verano. Cuerpos que no conciben límites, y que se funden en prados que sólo ellos conocen y recorren, sin despreciar rincón alguno. Palabras mudas, que se palpan, saborean, y sólo saben a pasión desenfrenada, carente de inhibiciones y prejuicios. Los animales toman control sobre la situación, y en una lucha por poder y protagonismo, hombre, mujer, criatura, olvidan formalidades, y reglas, entregándose a la misión de aplacar a las fieras.
“No consigo dormir, tengo una mujer atravesada en los párpados.”
Yo, a diferencia de Galeano, tengo un hombre atravesado en los párpados. No me permite ver, ni pensar, porque descubrió la llave de mi cabeza, e inunda mis pensamientos a diestra y siniestra, sin contemplar el desorden y caos que provoca.
15 diciembre, 2005
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