Y cuando la vio, entendió...
Su distorsionada ventana con forma de final pintó un nuevo paisaje de escondidos horizontes. Alicia la atropelló persiguiendo conejos y al quitarle la vista de encima lo perdió, blasfemando por volver al principio, por seguirle los pasos. El pasto la acarició, se perdió entre sus dedos y la abrazó sin preguntas. Y desde allí abajo sonrió y prometió no volver a cruzarla, siquiera mirar atrás. La cerró con un beso y le regaló dos palabras.
…que volvía a ser principio, que volvía a ser salida.
pero te quedás... dónde más vas a ir?
se acabó
se acabó ese
se acabó ese juego
se acabó ese juego que te hacía feliz
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